Una de las cosas que me propuse hacer cuando me llegaron las bolsas tipo “bag-in-box” era el poder comparar con un mismo lote varios envasados diferentes, y como todavía disponía del mini-barril de cinco litros, pues lo tenía fácil.
Me fue imposible realizar la cata de los tres métodos que utilicé a la vez, hubiera tenido que esperar mucho en el tiempo y no disponía de sitio para guardar el bag-in-box en frío tantos días. Pero bueno apenas pasó poco más de un mes desde que probé la primera pinta hasta la última. La cerveza como imagino que sabéis fue una Best Bitter, de la que puedo decir que es una de las cervezas que más me han gustado hasta ahora, y espero repetir receta (además, más sencilla no puede ser).
Detallo a continuación los tres métodos y lo que utilicé para carbonatar:
Bag-in-box
Como ya comenté en su día, en este caso no añadí azúcar para carbonatar. Simplemente pasé la cerveza del fermentador a la bolsa cuando estaba prácticamente atenuada. Posiblemente podría haber arriesgado un poco más y haberla pasado antes, pero tenía miedo que estallase la bolsa. Sí que se hinchó al poco de cerrarla, pero no lo suficiente como para preocuparme.
En el vídeo se puede ver que la cerveza tiene muy poco gas, no llega a estar plana pero según los cálculos estaría rondando 1 volumen de CO2 como mucho, es decir, la carbonatación residual tras fermentación y poco más. Lejos de lo que pueda parecer, a mi me encantó y me recordó los buenos días que pasamos en nuestro último viaje a Londres, en sus pubs y con sus pintas de Real Ale.