Después de una elaboración con levadura kveik, y una saison con dos levaduras, toca volver a los clásicos, esos casi desaparecidos en las tiendas y bares especializados en cerveza. La verdad es que no me entra en la cabeza como el mercado puede estar tan saturado de cervezas de un «casi» mismo estilo. Obviamente hablo de la American IPA, en todas sus variedades, que por supuesto me gustan, pero no como para beber solamente eso, me estaría perdiendo muchos otros estilos.
Y ya que no llegan hasta nuestra casa, habrá que intentar hacerlos. Así que me he lanzado a elaborar por primera vez una British Golden Ale, un clásico británico que no falta en casi ningún pub, cuya característica principal debe ser la de que apetezca beberte dos pintas seguidas y además no acabes rodando después…
El BJCP la describe como una «Bitter pálida orientada al lúpulo, de intensidad promedio a moderadamente fuerte», dejando muy claro que no deben aparecer notas a caramelo, por lo que quedan descartadas maltas especiales caramelizadas. Así que la única malta especial que he utilizado ha sido la Carapils, para aportar algo más de cuerpo y retención de espuma, pero sin afectar al color, ya que debe ser una cerveza más bien clara en este sentido. Podría decirse que es la hermana británica de la American Pale Ale, estilos parecidos pero cada uno con sus peculiaridades.