El día que llegamos a Roma, entre la lucha con los taxistas para que no nos timasen, que la entrada al apartamento se retrasó algo más de lo previsto y que nos dieron las 18:30 de la tarde sin haber comido, no tuvimos mucho tiempo para buscar «delicatessen». Por suerte llevaba apuntado un local gracias al blog de Pau, que estaba a cinco minutos del apartamento andando (nos alojamos en el Trastevere). El Donkey Punch, donde dimos cuenta de dos buenos bocadillos de porchetta con diferentes quesos y salsas. Había unas cuantas referencias en botella de artesanales, la mayoría italianas, todas a 5 euros. Pero estábamos tan sedientos que tiramos por la calle del medio, botella grande de Moretti (lager industrial) que sació nuestra sed estupendamente. El sitio merece la pena, eso si, si no hace mucho calor, ya que dentro no tienen aire acondicionado y fuera solamente tienen una mesa pequeña.
Tras un paseo por las principales zonas turísticas de Roma (Campo di Fiori, Plaza Navona) para estirar las piernas y situarnos un poco, tocaba el turno de hacer una parada más tranquila. Y nos pusimos a buscar el No.Au, que nos costó un ratillo encontrar, pero que mereció la pena su visita. Se trata de un local acogedor y muy tranquilo con seis referencias de barril, tres de ellas servidas con bomba de mano («pompa»). En la parte principal donde se situa la barra hacía algo de calor, por suerte tienen otra sala con las puertas abiertas donde se estaba muy a gusto. No tiene terraza (¡hubiese sido la leche!).