#MBC15 – Mi Beerano Cervecero

Como el año pasado, el colega Pau de Lupuloadicto organiza un concurso cervecero en el que trata de que todo aquel que tenga ganas, nos cuente cómo ha sido el verano teniendo en cuenta su relación con la cerveza. Como vigente campeón no podía dejar de escribir algo, aunque este año, por diversas circunstancias, no me veo tan inspirado como el año pasado para soltar refranes a cascoporro.

En esta ocasión voy a intentar plasmar, de la mejor forma que pueda, las visitas a varios puntos de la península en los que la tradición cervecera no está precisamente arraigada, y donde la cerveza industrial «de la zona» es prácticamente una religión, haciendo todavía más difícil el introducir la artesana entre el público general.

Nuestras vacaciones empezaron con unos días en la costa gaditana, en Conil de la Frontera para ser exactos. Allí disfrutamos de la estupenda compañía de Dani (Mr. Gordi) y su chica, con quien compartimos un par de jornadas de lo más agradable, entre charleta, cerveza y mojama se nos iban las horas. Aquí disfrutamos de uno de los descubrimientos del verano, el brewpub de Cervezas Esparte, del que hablaré detalladamente otro día, y que teníamos a cinco minutos andando del apartamento.

De todo el mundo es conocido que en Andalucía la cerveza adorada es la Cruzcampo, y si es Glacial mejor, que se calienta menos. Pero con las sucesivas visitas (creo que sólo «no fuimos» un día…) te dabas cuenta que el público era muy variado y que no estaba precisamente lleno de frikis cerveceros, sino de gente disfrutando de unas cañas en buena compañía. Gente del pueblo, turistas, personas mayores, jóvenes, se sentaban en la terraza día tras día. Algunos a la hora de pedir preguntaban por «esa que tienes parecida a la Cruzcampo», en referencia a la Bohemian Pilsner de Esparte, que afortunadamente nada tiene que ver con la susodicha Cruzcampo, otros ya pedían «la amarga», o «la tostada», refiriéndose a alguna IPA o Amber del catálogo. Fue prácticamente la única opción que teníamos de tomar cerveza artesana por allí, que por otra parte tampoco vamos buscando de forma obsesiva en las vacaciones, pero si lo tienes, ¿por qué no disfrutarlo? 🙂

La siguiente parada en las vacaciones fue por tierras gallegas, nosotros somos así, nos cruzamos España de arriba a abajo si hace falta. Nos quedamos algo sorprendidos con la adoración por la Estrella Galicia, si los andaluces tienen la Cruzcampo en un pedestal, allí tienen la suya casi al lado de la virgen, o al menos fue esa la sensación que nos llevamos. La mayoría de la gente que oíamos pedir en la barra no pedía una cerveza, pedía «una estrella», para que no hubiese margen a ninguna duda. En el pueblo donde estuvimos, Noia, encontramos de casualidad una artesana de la zona, BeerSon, que nos resultó flojilla, pero que al menos se podía beber y no tenía defectos graves (algo sobrecarbonatada, pero nada exagerado). Estaba difícil el tema de la cerveza artesana, tras charlar un rato con el dueño del local, nos decía que era bastante complicado sacar a la gente de su querida Estrella Galicia.

Pero con la visita a Santiago de Compostela nos quitamos un poco el mono, ya que hicimos parada en el O Bandullo Do Lambón, donde conocimos a Héctor, el dueño, y pasamos un rato muy agradable con pintas de Amager y unos buenos aperitivos acompañando. También pude probar la cerveza elaborada en homenaje a Los Suaves, una porter fabricada por Keltius, y tuve que poner freno antes de ir a comer, que por la tarde tocaba coger el coche de nuevo. Allí estuvimos hablando un poco del tema cervecero en Santiago, que por ahora está algo complicado pero gracias a gente como Héctor parece que empieza a moverse algo más. Os recomiendo la visita de todas todas si pasáis por la ciudad, trato magnífico, buen rollo y buena música para acompañar a la cerveza.

Tras las vacaciones acudí al Draft Beer Festival en León, como ya habéis podido leer en el blog. La verdad es que hay que tenerlos cuadrados para abrir ese pedazo de brewpub en una ciudad donde hay muy poca oferta de cerveza artesana. Como ya he dicho en las diferentes entradas, vine encantado, un lugar acogedor, con buenas cervezas donde disfrutar con tu gente. En ocasiones buscamos solamente cervezas extremas, aunque en mi caso, cada vez consumo más cervezas de esas que te tomas dos o tres seguidas sin acabar harto. Como decía alguien con muchos conocimientos que estaba allí, en referencia a este tipo de gente, «solo faltaría que aquí se hiciera la mejor pale del mundo, pero que quieres que te diga, llevo tres seguidas y me voy a tomar otra». Y estoy de acuerdo.

Y la última experiencia beeraniega fue el Asturies Summer Beer Festival, siendo posiblemente el día que más he disfrutado en un festival de cerveza, y mira que me lo he pasado bien en todos. Pero se celebra en mi tierra, lo paso con mis amigos, y allí nos olvidamos de análisis organolépticos y críticas sin sentido, simplemente disfrutamos bebiendo cervezas, probando, discutiendo entre las que nos gustan más y menos, y pidiendo otra más para confirmar si nos ha gustado tanto jajaja.

De vuelta en Madrid, el verano estuvo algo movido en lo personal, así que apenas he salido, además los precios en la capital no ayudan mucho a salir de bares, por lo que prefiero tomar las cervezas en casa con mi chica u organizando alguna cena con más amigos, o haciendo alguna visita a las tiendas donde tengo más confianza y echar un rato allí con más gente. Alguien dijo una vez, hace mucho ya, que era cuestión de tiempo que los precios se normalizasen y empezasen a bajar, y yo tengo la impresión de que ocurre todo lo contrario, por lo que tendré que dejar las salidas para ocasiones más puntuales, 6 o 7 euros la pinta no es algo que pueda pagar todos los días.

Así que podría decirse que este verano me ha servido para conocer sitios donde se vive la cerveza de una forma mucho más relajada, donde se disfruta tanto o más que en lugares más grandes, y me ha hecho reflexionar acerca de la obsesión que creo que rodea a este mundo cervecero, y que por supuesto yo también he sufrido. Pero al menos en mi caso, la forma de ver las cosas va a cambiar un poco a partir de ahora 😉