Visita a De Halve Maan

Uno de nuestros objetivos para este viaje era visitar Brujas, así que madrugamos para coger el tren que nos llevaría, en una hora, hasta esta preciosa localidad belga situada al noroeste de Bruselas. Teníamos claro que íbamos a visitar la fábrica de De Halve Maan, productores de las cervezas Brugse Zot y Straffe Hendrik, ambas realizadas en el mismo lugar, pero con nombres diferentes por cuestiones de marketing, como después nos explicarían en el tour.

Está cerca de la estación, por lo que nos pillaba genial una vez visto el beaterio y paseado por el canal que lleva casi hasta la plaza donde se encuentra la fábrica. La visita cuesta 7’50 euros, incluye una ruta por el recinto con un guía que explica todo el proceso de elaboración e historia de la fábrica. Se puede contratar la visita en inglés, francés o flamenco, dura aproximadamente 45 minutos y después te ofrecen una de sus cervezas en barril (no se puede elegir), en nuestro caso fue la Brugse Zot Blonde (además es una de las que más le gustan a mi chica).

Primeramente vimos las nuevas instalaciones, donde nos explicaron que han mejorado mucho su producción, pasando de elaborar un lote cada seis horas, a hacerlo cada dos horas, gracias a los diferentes trasvases tras finalizar el mash, la cocción, etc. También han instalado dos fermentadores cilindrocónicos fuera del edificio (ya que no era posible instalarlos dentro), como podéis ver en las fotos.

Después de la explicación sobre la cerveza, el recorrido se centra en el antiguo edificio, aunque también parte de las nuevas instalaciones están dentro del mismo, donde podemos ver todos las diferentes salas mientras vamos subiendo pisos. Pasando por la zona donde se almacena el grano, donde se realiza la molienda, etc.

En la parte final del recorrido, y tras pasar por la zona donde antiguamente tostaban el grano, se accede al exterior del edificio junto a la chimenea, donde hay unas bonitas vistas de la ciudad, y donde se pueden ver los dos fermentadores cilindrocónicos situados en la entrada de la fábrica.

Terminado el tour, pasamos al bar-restaurante a probar la cerveza que, como comentaba antes, fue la Brugse Zot Blonde de barril, que sinceramente, estaba mucho mejor de lo que la recordaba. También pedimos una ración de queso de Brujas que nos supo a gloria junto con la cerveza.

En la entrada había visto todas sus cervezas, vi una nueva que no conocía y me decidí a probarla, ya que estábamos, que mejor sitio que la propia fábrica. Se trata de la Straffe Hendrik Wild 2014, la versión con brett de su cerveza tripel. De color dorado y buena capa de espuma blanca, con un aroma algo frutal y lo que yo identifico como a levadura (aunque vete a saber, un olor «tipico de las belgas» que suelo decir para entenderme). En boca se notaba fresca, algo afrutada, entraba estupenda y los 9% de alcohol estaban muy bien integrados. A los dos nos gustó bastante.

Sin duda alguna disfrutamos del inicio de la jornada en Brujas, una visita recomendable. Tan sólo aconsejaros que madruguéis un poco aunque sea para comprar los tickets de acceso, porque después se llena de gente y es posible que no tengáis sitio. Para más información podéis visitar su web, en su día escribí para pedir información y contestaron bastante rápido 🙂