Crónica del II Asturias Summer Beer Festival

El pasado fin de semana se celebró en el Museo del Ferrocarril de Gijón la segunda edición del Asturias Summer Beer Festival, y por la cantidad de gente que hubo el sábado, esperemos que se repita muchos años más. El acceso era gratuito pero había que comprar el vaso (2 €) para poder pedir las cervezas, aunque la tarde del sábado hubo que controlar el aforo porque el recinto se llenó, todo un éxito.

El Museo del Ferrocarril es como una estación, largos andenes separados por unas vías, a un lado los cerveceros y a otro los puestos de comida con algunas mesas para sentarse tranquilamente a comer y descansar un rato. Y además, por si la lluvia hiciese acto de presencia (que no fue el caso), el recinto está cubierto (algo que vino muy bien también para dar sombra, se estaba muy bien allí). Aunque no había grifos de agua expresamente puestos para lavar los vasos, algunos cerveceros tenían en sus puestos el típico lava-vasos a presión (pocos), y los baños estaban justo en el medio del andén, cosa que facilitaba la labor (yo nunca tuve que esperar cola para el baño y estuve allí todo el día).

La entrada consistía del vaso y un pequeño folleto con todas las cervezas, sus estilos y graduación alcohólica (aunque algunos cerveceros trajeron más cosillas). En mi opinión, la guía era perfecta y suficiente para informar y no tener que subir el precio del vaso, yo no necesito saber más, y si quiero saberlo les pregunto directamente a los productores.

En cuanto a las cervezas, ya iremos viendo estos días lo que comenta la gente, pero creo que la media de calidad estuvo muy bien, obviamente no todas te gustan por igual, pero a mi me gustó casi todo lo que probé. Decir que los precios estaban muy bien, la gran mayoría costaba 2 euros, y alguna a 2.5 y 3 euros (estas las menos).

Lo primero que hicimos al entrar fue dar la birrovuelta de reconocimiento, saludamos a Alberto de Keltius, que estaba en los primeros puestos y finalmente nos paramos en el puesto de Cotoya, donde estaban Andrés y Vanesa de El Lúpulo Feroz echando una mano con los barriles a Diego. Allí probé la Siderale con algo de temor a encontrarme una bebida muy ácida (que ya he dicho alguna vez que a mi no me van), pero no fue así, el sabor se asemeja más a zumo de manzana, sidra, pero la acidez está contenida. No es algo que me tomaría todos los días, pero no estaba mal. También la nueva Wheat, con ralladura de lima, muy cítrica y con ese punto ácido del trigo. Por supuesto también probamos (pero esta fue ya más tarde), la IPA Amarillo de la que hablé hace unos días en el blog y que de barril siempre disfruta uno más. El domingo creo que estaba la bitter, que me hubiese gustado probar de barril, pero nosotros ya no estábamos para más cerveza, el cuerpo pedía una pausa…

Empezamos por cervezas más suaves para intentar llevar una progresión lógica de sabores y dejamos las negras para la tarde-noche. Una de las primeras fue la London Calling de The Angry Brewery, pale ale al estilo inglés, maltosa, de trago fácil y que me gustó para empezar la jornada.

Pasamos por Deva, que acaban de empezar a distribuir sus cervezas y donde nos explicaron que por ahora quieren hacer cervezas suaves y fáciles de beber, destinadas a un público más general. Tienen una amber y una de trigo, ciertamente muy suaves y que podría servir a un público no iniciado para empezar a probar cosas diferentes a las habituales cañas.

Después nos fuimos a ver a la gente de Caleya, donde echamos unos ratos muy agradables (¡unos cracks!), por fin pude probar sus cervezas de barril y tengo que reconocer que por allí volvimos varias veces. Tanto la Asturies Pale Ale como la Mayuca Amber estaban muy buenas, si me gustan de botella ya de barril ni os cuento. Pero la Goma2 estaba espectacular, algún amigo que no la había probado nunca repitió varias veces. Mucho más aromática que la de botella que pude probar en casa hace tiempo, para mi una de las mejores del festival, aunque en esto de los gustos y paladares ya se sabe, cada uno tiene el suyo 🙂

Por seguir con los productores asturianos, después nos fuimos a Bayura, donde Adriana me puso una Entropia, que ya había probado en la cervecería «IPA» y que me apetecía para seguir ya con perfiles más lupulados. La Negrón la dejé para la noche, y me pareció un birrote para tomar tranquilamente durante el próximo invierno en casita. La Bamus, una Imperial IPA elaborada junto con Domus y presentada en el festival, fue otras de las de la tarde y que hará las delicias de los que les gustan las cervezas potentes y lupuladas, a mi me gustó bastante también, aunque es un estilo que todavía me cuesta un poco.

Lo que vino después fue extenso y variado, demasiado para ponerme a comentar detalladamente todas y cada una de las cervezas que acabaron llenando mi vaso. Tengo que destacar, siempre dejando claro que son mis gustos personales y no tienen por qué coincidir con otros, la Milana Vudú, que me pareció realmente buena y es otra gran candidata para pasar el invierno en Madrid. Otra que me gustó fue Santo Cristo de Castaña, a mi me recordó una cerveza belga, tostada, dulce y para tomar con calma. La castaña no es que se la notase mucho, para ser sinceros (lo mismo es que ya tenía yo castaña suficiente…), pero ya sabéis que mi paladar no es de experto y la cerveza estaba rica, que en el fondo es lo que interesa.

También probamos cosas de Laugar, Dougall’s, Domus, Bronher, Keltius, Amphora (solo una y que lamentablemente no nos gustó mucho), Hort del Barret (una IPA inglesa interesante la Caubeen), Falken y Sagra. Todo esto ayudado con unos buenos chorizos criollos y platos de salchichas y, por qué no decirlo, de alguna botella de agua para hacer algunos descansos cerveceros.

Cada uno tendrá su valoración del festival, la mía es muy positiva, el ambiente era estupendo, nos juntamos varios amigos de siempre y pusimos cara a otros que hasta ahora solo conocíamos por internet. Es lo que tienen estos eventos, socializas y conoces gente nueva, te lo pasas bien, intercambias impresiones y experiencias, y eso es algo que reconforta y redondea el fin de semana.

El que piense que uno va a una feria de cerveza exclusivamente a beber cerveza, es que no ha estado nunca en ninguna 😉